2.- ¿Cómo describirías en forma de retrato (según su físico y su carácter) a la cantante?
3.- Cita tres óperas de las que interpretó María Callas y cuál era su compositor.
María Callas hizo su debut en 1941 con la obra Tosca de Puccini en la Ópera de Atenas, un papel que interpretaría en numerosas ocasiones, y con el cual inició su despedida un cuarto de siglo después. Estuvo cantando en Atenas durante varios años antes de realizar su debut italiano con La Gioconda de Ponchielli en Verona en el año 1947. Esta producción de La Gioconda estuvo dirigida por Tullio Serafin, quien se convirtió en su mentor musical.
En los primeros días de su carrera, Maria Callas representó una gran variedad del repertorio, incluyendo papeles fuertes como Isolda en la ópera de Wagner "Tristan e Isolda". Pero enseguida olvidó estos papeles para concentrarse en las óperas italianas, particularmente en el bel canto como "Aida" y "La forza del destino" de Verdi, "Turandot" de Puccini y óperas de Rossini, Bellini y Donizetti.
Su personificación de la protagonista de la Norma de Bellini en Florencia, en 1948, acabó de consagrarla como la gran soprano de su generación y una de las mayores del siglo. La década de 1950 fue la de sus extraordinarios triunfos: en absoluta plenitud de sus medios vocales, protagonizó veladas inolvidables, muchas de ellas conservadas en documentos fonográficos de inestimable valor, en las que encarnó los grandes papeles del repertorio italiano belcantista y romántico para soprano.
En 1949, Maria Callas conoció a Giovanni Meneghini con el que se casó. Giovanni Meneghini junto a Tullio Serafin guiaron su carrera. Estuvieron diez años casados.
Hizo su debut en La Scala de Milán en 1950 con la representación de Aida. Su primera aparición en Nueva York fue en 1956 representando la ópera de Bellini Norma, un papel que se convirtió en su especialidad.
Maria Callas estuvo siempre muy interesada en revitalizar aquellas óperas que habían sido olvidadas, representando obras olvidadas de Cherubini, Gluck, Haydn y Spontini. Trabajó con algunos de los más importantes directores de escena y orquesta del momento, destacando Luchino Visconti, Leonard Bernstein, Carlo Maria Giulini y Herbert von Karajan. También desarrolló una gran relación musical con gran cantidad de cantantes, principalmente con el tenor Giuseppe di Stefano y el barítono Tito Gobbi, apareciendo con mucha frecuencia en escena y en grabaciones. Maria Callas era extremadamente autocrítica y temperamental por lo que tenía frecuentes altercados con empresarios y directores de los teatros.
Convertida en un mito que sobrepasa con mucho el estrecho círculo de los amantes de la ópera, a ello han contribuido, sin duda, su portentosa voz, capaz de los matices y colores más insospechados, y su personal forma de abordar la interpretación de los personajes en escena. Verista, sensual y moderno, su estilo revolucionó los usos y costumbres de los grandes divos y divas de su época, mucho más estáticos en sus movimientos. También ayudaron a la gestación del mito, en buena medida, su desdichada vida privada y su prematura muerte.
Durante la última década de su vida, vivió prácticamente recluida en París. Realizó pequeñas apariciones con di Stefano e impartió una serie de clases maestras en el Juilliard School de Nueva York entre los años 1971 y 1972. Murió en París el 16 de Septiembre de 1977. Su muerte repentina, al parecer de un ataque cardíaco, dejó un hueco en el mundo de la lírica que ninguna otra soprano ha sido capaz de ocupar.